No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados.
Lucas 6:37
La naturaleza del ser humano, es juzgar, pero se molesta cuando se siente juzgado. En la cruz, Jesús dio su vida por nuestros pecados. Nosotros no somos quienes para condenar a nuestros semejantes, pero si para perdonar y amar, así como nuestro padre celestial lo hizo con nosotros. Hoy les pido que no guarden rencor en su corazón, pidamosle a Dios que nos de la sabiduría necesaria para enfrentar a las personas que en algún momento nos han lastimado, y que nos de esa paz tan infinita que solo su amor sabe dar.
Leidy Moreno – Ministerio Juvenil Agua de Vida