soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.
Colosenses 3:13-14
Por un momento piensa en lo que hubiera pasado si Jesucristo no hubiera intercedido por nosotros, estariamos condenados y alejados de Dios.
Él, aún siendo Rey de Reyes, Santo, Perfecto, aún siendo Dios, se entregó por ti y por mi. A Él no le importó cuán golpeado fue, le dolió por supuesto, pero fue el acto de amor más hermoso, ese amor incomparable que nadie más puede darnos.
Entonces, si Dios pudo perdonar las miles de faltas de la humanidad, por qué nosotros no las de nuestro hermano? Si lo pensamos bien, a veces somos tan quisquillosos con las cosas y guardamos rencores tan bobos. Por qué simplemente no nos llenamos del amor con que Cristo nos amó? No es fácil, pero en la medida que nos acercamos más a El, más sencillo va a ser, así como a veces nos dejamos contaminar de lo que vemos por ahí, dejemonos llenar del amor de Dios, nadie es perfecto, tu no eres perfecto, así que no exijas a tu prójimo que sea como tu quieres ni que actue como a ti te gusta; y si algo te molesta pues no pienses en ti, piensa en cuánto tu has ofendido a Dios y cómo el te ha perdonado todas esas veces. Llenémonos de amor y no permitamos que el diablo separe la familia de Dios. Estoy segura que tanto tu como yo, hemos sacado de quicio a alguien más, pero no es esta una razón para crear contiendas, mira a Jesús, aún cuando lo lastimamos, El quiere restablecer el vínculo entre nosotros.
Alexandra Villamarin – Ministerio Juvenil Agua de Vida