3 Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles.
4 Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará.
Isaías 35:3-4
En el mundo y sobre todo en Colombia se ve mucho el individualismo, cada quien busca lo suyo, su propio beneficio. Claro que hay algunas excepciones pero son bastante contadas.
Sin embargo nosotros somos llamados a ser parte de esas excepciones, somos llamados a alentar al que esta desanimado y a decirle que se fortalezca en Dios que no desmaye.
Cada uno de nosotros tiene sus propias luchas pero en la medida en la que nos olvidamos de nosotros mismos y ayudamos a los demás esto también nos ayuda a que nuestra carga se aliviane pues Dios mismo nos fortalece y recompensa.
Si notamos que uno de nuestros hermanos está cansado, desanimado o ha sido golpeado por diversas circunstancias, no seamos indiferentes a su situación y extendámosle la mano, entre todos podemos sobrellevar más fácil las cargas, pero una persona que está sola es más vulnerable.
Apoyémonos los unos a los otros y amémonos con el mismo amor que Dios nos ama.
Dios los bendiga
Juan David Jara Rosas – Ministerio Juvenil Agua de Vida