Él me guarda del peligro

alejandrovargas78gmail-com INICIO

“Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.

Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores;
Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando” Salmos 23:4-5

 

Dios cuida de ti,  él es mejor que 10000 guardaespaldas y que un ejército armado.

El rey David inspirado por el Espíritu Santo escribió que  aun en medio del valle de las muerte podía poner su confianza en Dios;  recuerda que la persona que  Dios uso para escribir este precioso pasaje  fue fugitivo por más de 12 años  e innumerables veces estuvo cerca de la muerte.

Salmo 34:7 afirma que el Ángel del Señor acampa alrededor de los que le temen y los defiende

Dios se goza en bendecirte y  te da alimento y fuerza cuando el enemigo busca destruirte,   te da de su unción porque ella hace que el poder del adversario se desvanezca.

Alguna vez has sentido la imperiosa necesidad de orar por alguien pero has decidido ponerlo en tu lista de «cosas por hacer» y te has dicho: «Oraré más tarde». O te ha llamado alguien alguna vez y te ha dicho «Necesito que ores por mí, tengo esta necesidad”. Lee la siguiente historia que me fue enviada hace poco, la cual podría cambiar tu forma de pensar con respecto a las oraciones y la forma de orar.

Un misionero en vacaciones contó la siguiente historia cuando visitaba su Iglesia local en Michigan, EU.: » Mientras servía como misionero en un pequeño hospital en el área rural de África, cada dos semanas viajaba a la ciudad en bicicleta para comprar provisiones y medicamentos. El viaje era de dos días y debería de atravesar la jungla. Debido a lo largo del viaje, debía de acampar en el punto medio, pasar la noche y reanudar mi viaje temprano al siguiente día. En uno de estos viajes, llegue a la ciudad donde planeaba retirar dinero del banco, comprar las medicinas y los víveres y reanudar mi viaje de dos días de regreso al hospital.

Cuando llegué a la ciudad, observé a dos hombres peleando, uno de los cuales estaba bastante herido. Le curé sus heridas y al mismo tiempo le hablé de Nuestro Señor Jesucristo. Después de esto, reanude mi viaje de regreso al hospital. Esa noche acampé en el punto medio y a la mañana siguiente reanude mi viaje y llegué al hospital sin ningún incidente.

Dos semanas más tarde repetí mi viaje. Cuando llegué a la ciudad, se me acerco el hombre al cual yo había atendido en mi viaje anterior y me dijo que la vez pasada, cuando lo curaba, él se dio cuenta que yo traía dinero y medicinas. Él agregó: » Unos amigos y yo te seguimos en tu viaje mientras te adentrabas en la jungla, pues sabíamos que habrías de acampar.  Planeábamos matarte y tomar tu dinero y medicinas. Pero en el momento que nos acercamos a tu campamento, pudimos ver que estabas protegido por 26 guardias bien armados».Ante esto no pude más que reír a carcajadas, y le aseguré que yo siempre viajaba solo. El hombre insistió y agrego: «No señor, yo no fui la única persona que vio a los guardias armados, todos mis amigos también los vieron, y no solo eso sino que entre todos los contamos».

En ese momento, uno de los hombres en la Iglesia se puso de pie, interrumpió al misionero y le pidió que por favor le dijera la fecha exacta cuando sucedió ese hecho. El misionero les dijo la fecha y el mismo hombre le dijo la siguiente historia. «En la noche de tu incidente en África, era de mañana en esta parte del mundo, y yo me encontraba con unos amigos preparándome para jugar golf. Estábamos a punto de comenzar, cuando sentí una imperiosa necesidad de orar por ti, de hecho, el llamado que el Señor hacía era tan fuerte, que les llamé a algunas personas de nuestra congregación que se reunieran conmigo en este santuario lo más pronto posible.»Entonces, dirigiéndose a la congregación le dijo: «todos los hombres que vinieron en esa ocasión a orar, ¿podrían por favor ponerse de pie?» Todos los hombres que habían acudido a orar por él se pusieron de pie, el misionero no estaba tan preocupado por saber quiénes eran ellos, más bien se dedicó a contarlos a todos. . . en total 26 hombres.

 

Bendiciones

Alejandro Vargas – Ministerio Juvenil Agua de Vida

Share This:

You May Also Like..

Fé y Esperanza en Él

Alégrense en la esperanza, muestren paciencia en el sufrimiento, perseveren en la oración. Romanos 12:12 NVI-E Dolly Hirsch, es una […]

Lugar espacioso

“Digan ahora los que temen a Jehová, Que para siempre es su misericordia. Desde la angustia invoqué a JAH, Y […]

El sueño de Dios para ti

Santa Biblia Reina Valera 1960 – Proverbios 16 9 El corazón del hombre piensa su camino; Mas Jehová endereza sus […]

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *