No tenga tu corazón envidia de los pecadores, Antes persevera en el temor de Jehová todo el tiempo;
Proverbios 23:17
Cada uno de nosotros diariamente debe relacionarse con personas sin temor de Dios, y generalmente este tipo de personas tienen actitudes que para nosotros y Dios no están bien. Pero hay ocasiones en las que a pesar de saber que estan mal, nuestro corazon anhela hacer lo mismo, nuestra carne nos hace desear tener lo de otra persona aun sabiendo que va en contra de nuestros principios cristianos.
Cuando comenzamos a llevar una vida en pecado, cuando nos vamos acostumbrando poco a poco a hacer pequeñas cosas que están mal porque sabemos que Dios perdona, así mismo vamos perdiendo el temor hacia Él. Cuando nos acostumbramos a esa vida, el Espiritu de Dios que mora dentro nuestro, sin darnos cuenta se apaga y se aleja de nosotros, entonces ya no habrá quién nos haga ver nuestro pecado y simplemente seguiremos con esa vida.
El Espíritu Santo, a pesar de tener el mismo poder y autoridad que Jesús y el Padre, es mucho más sensible que ellos. Su ternura es tan grande que el simple hecho de ignorarlo u olvidarlo por un momento puede ser muy hiriente para Él, por eso se aleja en silencio de nuestras vidas. ¿Estamos dispuestos a cambiar a la persona mas maravillosa en la tierra por un televisor, un celular, una persona, un hábito, etc?
Satanás, en su astucia , es capaz de disfrazar incluso a sus demonios en cosas bellas para llamar nuestra atención. La música, las personas, las fiestas, modas, y todo aquello que nos aleja de Dios, solamente pueden provenir de él y somos tan ignorantes a veces que no sabemos distinguir esas cosas de las cosas de Dios, le conocemos tan poco e incluso en ocasiones, aun sabiendo que están mal, no estamos dispuestos a dejarlas porque no hemos entendido que la vida proviene de Él y porque por razones tan sencillas e inútiles estamos perdiendo ese amor tan grande que nos ofrece, cambiándolo por irrespeto y desobediencia.
Entonces quedamos solos y queremos llenar ese vacío con cosas del mundo. Aparentamos frente a los demás felicidad pero vuelve la soledad que un día estuvo con nosotros antes de conocer a Dios y nuestro corazón anhelará entonces, volver a aquellos días de verdadero gozo. Yo no quisiera esa vida tan triste. Perder al Espiritu Santo sería perder cualquier esperanza de vida, Él es el motor que direcciona nuestro camino y la unica fuente de vida verdadera. No nos enorgullezcamos de cosas vanas que no traen nada bueno a nosotros, sino más bien, por el gran amor que Dios nos tiene, correspondamos de la misma forma, obedeciéndolo y amándolo incondicionalmente.
Feliz día para todos
Dios los bendiga
Alexandra Villamarin – Ministerio Juvenil Agua de Vida