Proverbios 16:15 Cuando el rey sonríe, hay vida; su favor refresca como lluvia de primavera.
Cuando me encontré con este versículo me puse a reflexionar sobre que cosas harán sonreír a Dios, siendo el mi Padre y yo su hija y me puse en su lugar.
Les cuento que el estar alegres hermosea el rostro, el gozo que Dios nos da cada día es nuestra fuerza, como madre hay situaciones que nos llenan el alma y nos hacen sonreir por ejemplo cuando nuestros hijos dicen sus primeras palabras, cuando dan sus primeros pasos, cuando nos abrazan y nos dicen que nos aman; y cuando está n más grandes cuando cumplen sus sueños; pero sobre todo cuando aman y obedecen a Dios.
Dios sonríe cuando no me rindo, Dios sonríe porque no me doy por vencid@, Dios sonríe al ver que confío en Él, que creo en lo que Él hará a pesar de no ver que esté sucediendo, Dios sonríe al examinar mi corazón y descubrir que lo que digo o hago es con toda sinceridad, Dios sonríe al ver el dolor que provoca en mi el fallarle, el no cumplirle, que Él vea que no estoy dispuesto a acomodarme al fracaso, pero que sí quiero intentarlo de nuevo.
Dios sonríe al ver que no me dejo manipular por el diablo y sus mentiras, Dios sonríe al ver que este mundo tan atractivo no me va a dominar, Dios sonríe al ver que lo sigo alabando y adorando a pesar de estar pasando por momentos duros y difíciles.
Dios sonría al notar que su sacrificio por mí no fue en vano, Dios sonríe al ver que mi corazón está dispuesto a seguirlo cueste lo que cueste, Dios sonríe al ver que la crítica y el menosprecio no me harán desistir de los sueños que Él puso en mi corazón, Dios sonríe al ver que cuando más débil me siento, mas creo en lo que Él está a punto de hacer.
Dios sonríe al ver que no tengo mayor concepto de mí que el que debo tener, Dios sonríe al ver que mi única intención en todo lo que hago es agradarlo y honrarlo, Dios sonríe, pero que sobre todo se sienta orgulloso de tener un hij@ que lo ama tanto y que está dispuesto a negarse a sí mismo por amor a Él.
Dios sonríe cada mañana cuando antes de salir de mi hogar puedo hablar con Él y decirle lo mucho que lo necesito para que el día sea perfecto, Dios sonríe al ver lo agradecid@ que estoy por lo que me ha dado en lugar de escuchar las quejas por lo que no tengo, Dios sonríe al examinar mi mente y notar que cada minuto del día mí pensamiento es Él, Dios sonríe al verme feliz de saber que no importando lo que este enfrentando, sé que tengo un futuro esperanzador porque Él aun no ha terminado conmigo.
Estas haciendo sonreír al Rey ? Hoy te invito a que con tu vida lo hagas sonreír.
Fabiola Vargas – Ministerio Agua de VIda