Bienaventurados los que guardan sus testimonios, Y con todo el corazón le buscan;
Salmos 119:2 RVR1960
¿Cuántas de las cosas que hacemos en el día podríamos decir que las hacemos con todo el corazón? Probablemente no muchas de ellas, esto no quiere decir que las hagamos mal, por el contrario podemos ser muy buenos en dicha actividad, pero no necesariamente eso nos tiene que apasionar, conozco el caso de algunos de mis compañeros de trabajo que aunque son muy buenos en lo que hacen, preferirían estar haciendo otra cosa, sin embargo terminaron trabajando en eso porque les tocó y lo que hacen lo hacen por puro compromiso. Así como ellos son muchos los casos de personas que hacen actividades que no los apasionan pero lo hacen por compromiso o por necesidad. Sin embargo en nuestro servicio a Dios debe ser muy diferente pues quien le sirve a Dios debe hacerlo con pasión y no por compromiso, debe hacerlo con amor y no porque le tocó.
El versículo anterior nos dice que bienaventurados los que le buscan de todo corazón y pensando en lo que esto implicaba llegue a la conclusión de que yo mismo a veces fallo y sirvo a Dios por las razones equivocadas, el buscar a Dios de todo corazón implica el hacer todo lo que sea necesario para estar a su lado, es no descansar hasta poder encontrarlo, hasta haber logrado estar en su presencia y una vez allí no querer dejar ese lugar por nada, cuando le ponemos el corazón a algo lo hacemos con total entrega y disposición sin esperar nada a cambio e incluso se hace en medio del dolor y de las adversidades.
Y esta es mi invitación para hoy, que le busquemos realmente de todo corazón, no es suficiente con solo entregar una parte de nosotros y mucho menos con cumplir con nuestros deberes en el ministerio y ya, Dios quiere todo de nosotros quiere que le amemos con todo el corazón, alma y mente si lo hacemos no solo seremos bienaventurados también encontraremos el mayor tesoro.
Dios los bendiga feliz tarde
Juan David Jara – Ministerio Juvenil Agua de Vida