NTV Lucas 15:20 »Entonces regresó a la casa de su padre, y cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio llegar. Lleno de amor y de compasión, corrió hacia su hijo, lo abrazó y lo besó.
El hijo pródigo es una de las parábolas más usada para hablar del amor de Dios, ese amor que nunca cambia y que siempre está dispuesto a llenar nuestros vacios.
Siempre nos enfocamos en el hijo desagradecido que pide su herencia, la despilfarra y luego regresa arrepentido después de pasar necesidades.
Hoy quiero que miremos al otro hijo al que se quedo en casa, trabaja y le colabora a su padre; pero nunca ha profundizado su relación con él.
Sabes muchas veces tu y yo somos así tenemos un Padre tan hermoso pero solo lo conocemos de lejos, sabemos que es nuestro Padre, que nos cuida, nos ayuda, nos protege pero no lo hemos conocido totalmente, pero muchas veces le tenemos miedo.
Sabes el Padre es mucho más: es amor, ternura, alivio, es cuidado, es corrección, es alimento, cuando volvemos a la casa de PAPÁ él nos toma en su regazo, nos abraza, nos moldea y se encarga de todas nuestras necesidades.
Hoy te invito a profundizar tu relación con PAPÁ, de pronto no tuviste uno, se alejo, murió, o por el contrario tuviste o tienes el mejor, pero siempre en los brazos de mi Padre Celestial encontraras el descanso que tanto necesitas hoy.
Bendiciones
Fabiola Vargas – Ministerio Agua de Vida