Cuando se habla de examinar no se habla de una búsqueda superficial sino de ir a lo profundo de los corazones y ver lo que hay ahí, probablemente usted crea conocer sus límites y saber muy bien hasta donde es capaz de llegar o como actuaría en determinada situación.
Pero nuestro corazón puede darnos grandes sorpresas hasta el punto en que incluso no nos reconozcamos por nuestra manera de actuar, esto sucede porque en lo oculto de nuestros corazones pueden haber varias cosas, por eso es que es necesario examinarlo.
Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.
Jeremías 17:9-10 RVR1960
Seguramente la palabra perverso no es una que usaríamos para describir nuestro corazón, incluso tengo que reconocer que la primera vez que leí este versículo me costo un poco creer que tuviera un corazón perverso y engañoso, pero estas son las palabras que usa la biblia para describirlo y también nos deja la siguiente inquietud ¿quién lo conocerá? con esta pregunta también nos deja la respuesta, Dios que escudriña la mente y prueba los corazones.
Hay algo que debemos entender acerca de Dios, y es lo que este versículo nos explica, lo primero es que Dios conoce la realidad de nuestro corazón y lo segundo que El lo prueba.
Con Dios no podemos fingir ni aparentar pues sin importar con que fachada nos presentemos ante El, en lo que finalmente El se fijará es en nuestro corazón, la gente puede engañar y aparentar lo que sea enfrente de quien sea, incluso podemos engañarnos a nosotros mismos, pero a Dios nunca lo podremos engañar, es por eso que El prueba nuestros corazones para mostrarnos a nosotros lo que hay en el.
De ahí la importancia de examinar nuestro corazón pues nunca sabremos que podemos encontrar allí.
Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno.
Salmos 139:23-24 RVR1960
Examinarnos tiene como fin el mostrarnos lo que hay en nuestro corazón para hacer luego algo al respecto, antes
De que esas cosas guardadas nos hagan daño o nos lleven por un camino diferente al que Dios ha trazado para nosotros.
Si no cuidamos nuestro corazón este puede llevarnos a perdernos, por el contrario si le pedimos a Dios que lo examine constantemente para sacar de allí todo lo malo entonces salvaremos nuestra vida, pero la decisión está en cada uno de nosotros, un corazón endurecido que no busca las cosas de Dios nos puede traer consecuencias eternas y la única manera de tratar con un corazón endurecido es quebrandolo y obviamente esto trae mucho dolor, no dejemos que esto nos suceda tengamos un corazón conforme al de Dios, un corazón que lo busque y sensible a su voz y a su presencia, tampoco dejemos que este se contamine sino que permitamosle a Dios que lo llene.
Juan David Jara Rosas – Ministerio Juvenil Agua de Vida