Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.
2 Timoteo 2:15 RVR1960
Vivimos en una sociedad bastante superficial dónde lo importante es la apariencia, cada día vemos publicidad más y más elaborada con el fin de atraer a las personas, aunque a la hora de probar el producto nos damos cuenta en numerosas ocasiones que no era ni la mitad de lo que prometía.
Nosotros podemos ser engañados fácilmente por estas estrategias de mercadeo o incluso las personas pueden engañarnos mostrando una falsa imagen de si mismas, pero a Dios no se le puede engañar, pues el conoce lo que hay en el interior, el conoce como esta nuestro corazón.
Siendo así, no seamos como esas empresas que se dedican en mostrarle a la gente lo que no es, o como esas personas que sólo viven de apariencias, la palabra nos dice que siempre procuremos presentarnos a Dios como obreros aprobados que no tienen de que avergonzarse, pero si de pronto no estamos bien, no pretendamos estarlo, si no que presentémonos ante El reconociendo nuestras fallas y pidamos le perdón, su palabra dice que el es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.
Cuando invertimos nuestras fuerzas en mostrar algo que no somos, simplemente estamos perdiendo nuestro tiempo, pues Dios conoce nuestra realidad, es mejor que le entreguemos ese tiempo a Dios y dejemos que el mejore muestro interior.
Dios los bendiga feliz día.
Juan David Jara Rosas – Ministerio Juvenil Agua de Vida