Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.
2 Corintios 3:18
Cada uno de nosotros se enfrenta continuamente a un estilo de vida difícil, diferentes problemas u obligaciones que pueden que una persona este insatisfecha consigo misma.
A pesar de todo eso, si logramos crear lazos de amistad reales con nuestro Padre podemos convertirnos en mejores personas en todos los sentidos. Anhelamos pasar tiempo con Dios para gozar de su Presencia que nos trae consuelo, paz, calidez, sanidad para curar las heridas que con el ritmo de vida que llevamos hemos causado.
El cambio en nosotros se ve causado por la comunión que logramos con nuestro Padre, nuestro deber y anhelo debe ser conocerlo cada día más porque sólo así podremos ser verdaderamente transformados.
Alexandra Villamarin – Ministerio Juvenil Agua de Vida