Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
S.Juan 15:5
Aprender a depender de Dios es tal vez una de las cosas que más nos cuestan, continuamente nos gusta tener todo controlado y que salga tal cual cómo lo hemos planeado. Sin embargo el término «soy capaz de valerme por mi mismo» no es válido en cuanto a nuestra relación con Dios, pues claramente en éste versículo Dios nos dice que separados de Él nada podemos hacer, no importa que tanto te esfuerces, no importa lo mucho que hayas logrado hasta el día de hoy en tu vida o lo que estás por lograr.
Si todo eso lo consigues apartado de Dios entonces no has logrado nada, porque ¿de qué le sirve al hombre si gana al mundo entero y pierde su alma?.
Lo realmente importante en la vida es pasar cada día en la voluntad de Dios, cerca de Él y cumpliendo su propósito, porque sólo de esa manera estamos realmente aprovechando nuestra vida, más que valernos por nosotros mismos busquemos siempre depender de nuestro Padre celestial.
Dios los bendiga feliz día.
Juan David Jara Rosas – Ministerio Juvenil Agua de Vida