Aquella noche todos los israelitas empezaron a gritar y a llorar. Se quejaban contra Moisés y Aarón, y decían:
«¡Ojalá nos hubiéramos muerto en Egipto, o en este desierto! ¿Para qué nos trajo Dios a este territorio? ¿Sólo para que nos maten a todos, y se lleven como esclavos a nuestras mujeres e hijos? ¡Mejor regresemos a Egipto!»
Y se decían unos a otros: «¡Vamos a elegir a un jefe que nos lleve de vuelta a Egipto!» Entonces Moisés y Aarón se tiraron de cara al suelo delante de los israelitas. También se rasgaron la ropa en señal de dolor Josué y Caleb, que eran dos de los que habían ido a explorar el país. Les dijeron a todos los israelitas:
«El territorio que vimos es bastante bueno; allí siempre habrá abundancia de alimentos. Dios nos ama; nos ayudará a entrar en él y nos lo dará. Lo importante es que no se rebelen contra Dios ni tengan miedo de la gente que vive en ese territorio. Será muy fácil vencerlos, porque ellos no tienen quién los cuide. Nosotros, en cambio, contamos con la ayuda de nuestro Dios. ¡No tengan miedo!»
Pero la gente no les hizo caso; por el contrario, querían apedrearlos.
Si han leído la historia del pueblo de israel mientras cruzaba por el desierto saben la cantidad de reclamos que hicieron a Dios, es realmente increíble la venda que tenían en los ojos, su corazón estaba totalmente endurecido, encendiendo incluso la ira de Jehová en varias ocasiones. Que querían comida, que tenían sed, que Dios los sacó de la esclavitud para luego ser asesinados, etc etc, sinceramente mientras leía sentía cierta molestia, no entendía cómo viendo los milagros de Dios acontecer delante de ellos seguían quejándose y quejándose por todo.
Creo que si hay algo realmente irrespetuoso hacia Dios es vivir en continúas quejas y reclamos, Él no tiene un buzón que diga QRS (quejas, reclamos y sugerencias) NO!
No somos nada parecidos a Dios para decirle cómo hacer sus cosas.
Todos pasamos por ahí en algún momento, queremos todo lo que se nos ocurra y lo pedimos a Dios, pero con el tiempo entendemos que Dios no quiere hijos caprichosos, y es ahí cuando la alabanza empieza a reemplazar las quejas.
A Dios le gustan las canciones de amor, las palabras de agradecimiento y los corazones humildes. No dejemos que las quejas se apoderen de algo tan hermoso como es la alabanza. A fin de cuentas lo que está adelante es muchísimo más hermoso si se consigue bien.
Dios los bendiga
Feliz día
Alexandra Villamarin – Ministerio Juvenil Agua de Vida