Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.
2 Timoteo 4:6-8 RVR1960
Hace poco tuve una clase en la universidad donde el profesor nos compartía una lectura que nos llevaba a reflexionar sobre el legado que dejaremos una vez partamos de este mundo, si bien la lectura nos motivaba a investigar y a dejar algo de conocimiento para las generaciones futuras, también nos dejaba la pregunta de ¿en que estábamos invirtiendo nuestra vida? Y cuando me hice está pregunta me puse a pensar en si realmente estaba aprovechando mis días como debería, la lectura finalizaba diciéndonos que muchos pasan por este mundo sin haber logrado algo Significativo y que sólo vivieron por vivir. Pero ¿sabe una cosa? Nosotros no estamos en este mundo para vivir solamente, Dios nos ha escogido y nos ha dado un propósito, Él ya nos ha dado algo que perdurará después de esta vida, pero ¿que estamos haciendo nosotros con el fin de que ese propósito se cumpla? En el versículo anterior Pablo nos dice que aunque sabía que su partida estaba cerca, él ya había hecho lo que tenía que hacer y que sólo le aguardaba esperar su recompensa la cual Dios le daría. Si bien Pablo en los primeros años de su vida cometió muchos errores, luego de su encuentro con Jesús invirtió muy bien su vida, porque la dedico a que el propósito de Dios se cumpliera para él, y esto mismo es lo que yo quiero para mi vida y para la de ustedes, que cuando estemos cerca de dejar Este mundo podamos decir como Pablo, he peleado la buena batalla, he guardado la fe.
invirtamos estos años que Dios nos ha entregado para hacer su voluntad y guardar su palabra, ésta es la mejor manera de vivir.
Dios los bendiga feliz día para todos
Juan David Jara Rosas – Ministerio Juvenil Agua de Vida