¡Qué maravilloso y agradable es cuando los hermanos conviven en armonía! Salmo 133:1
Lo más difícil para lograr vivir en armonía con otras personas es aceptarlas tal y como son y que ellos nos acepten a nosotros. Generalmente nos enfocamos tanto en los defectos de las personas que se nos olvida que nosotros también tenemos y a veces más irritantes o difíciles de aceptar, todo depende de la tolerancia y amor de cada persona para aceptarlos.
Personalmente creo que un defecto no es nada malo, si fueran malos entonces Dios no nos habría creado con ellos. Nuestros defectos son los que nos muestran cuánto necesitamos de Dios y cuánto dependemos de Él para convivir con nuestro prójimo. Son ellos los que aunque a veces generan discusiones o disgustos vemos cómo se fortalecen esos lazos con nuestros seres queridos. Pero si algo es cierto es que no podemos vivir con ellos siempre, para poder vivir en armonía con nuestro prójimo es necesario dejar ciertas actitudes que dañan las relaciones, aunque una primera vez pueda ayudar a fortalecer lazos, también puede romperlos por completo.
Cuán maravilloso, cuán hermoso, cuán agradable sería que entre nosotros existieran lazos de amor, el amor de Cristo, ese amor incondicional y puro, para que podamos decir
Perfecto es el amor de Dios y nosotros lo vivimos
Feliz día
Dios los bendiga
Alexandra Villamarin – MInisterio Juvenil Agua de Vida