Muy buenos días para todos
Les comparto el devocional para hoy
El arroyo de Querit
1 Reyes 17:2-4
Después el Señor le dijo a Elías:
Vete al oriente y escóndete junto al arroyo de Querit, cerca de su desembocadura en el río Jordán.
Bebe del arroyo y come lo que te den los cuervos, porque yo les he ordenado que te lleven comida».
Cuando Elías hace su aparición por primera vez era un hombre común y corriente que provenía de una región tan pequeña que ni siquiera ha podido determinarse su ubicación exacta.
Entonces después de profetizar la sequía que vendría sobre el pueblo de Israel, Elías recibe la orden de irse lejos, donde sólo había un arroyo, con el cual tendría que sobrevivir, nada más. Nótese la actitud obediente de aquel siervo. Si hoy a usted Dios le diera tal orden, cómo respondería?
Simplemente es ilógico. Pero aún así Elías respondió de inmediato a lo que Dios le mandó.
Estando Elías allí, bebió de aquella agua durante algún tiempo, pero poco después se secó.
Sabe? Usted y yo tenemos un arroyo. No sé cuál sea el suyo pero es momento de que piense. Qué es lo que más me llena en este momento?
Qué es lo que más agradezco a Dios en mi vida?
Yo? Mis hijos? Mis logros? Mis posesiones?…
Elías tenía agua, pero usted puede tener algo o a alguien.
Puede que usted haya perdido todo su dinero, su arroyo se secó;
Perdió a un ser querido, su arroyo se secó;
Perdió una posición, su arroyo se secó, entre muchas otras cosas, entonces la gente levanta sus ojos al cielo diciendo: ¿Dónde está Dios?
Ese es el secreto, ahí está Dios. Aún cuando todo se haya perdido y el arroyo se haya secado, el amor de Dios sigue ahí. En ocasiones Él nos quita aquello a lo que estamos tan aferrados para moldearnos como vasijas de barro útiles. Si Elías no hubiese pasado por ahí probablemente habría cometido un error más adelante y no habría sido usado tan poderosamente usado por Dios. De ser un completo desconocido paso a ser llamado «hombre de Dios».
Es así como Dios utiliza el sequedal para avivarnos y no una, sino muchas veces. Repetidamente Él nos hará enfrentar aquello que le roba nuestra atención y lo secará para cambiar nuestra mentalidad y comportamiento.
No es castigo, ni maldad, cuando Dios quita algo es para bendición y para ver nuestra respuesta. Elías a pesar de quedar sin qué beber no reprochó a Dios por eso, en cambio, siguió siebdo obediente y Dios pudo mostrar au poder a través de Él.
¿Eres tú una vasija útil en las manos de Dios o estás tan aferrado a tu arroyo que sigues siendo la misma persona que llegó a los pies de Dios y no ha podido ser usada?
Dios los bendiga
Alexandra Villamarin – Ministerio Juvenil Agua de Vida