Salmos 29:10-11
El Señor gobierna las aguas de la inundación;
el Señor gobierna como rey para siempre.
Actualmente vivimos en una sociedad que se caracteriza por su apatía y rechazo al mensaje de Cristo. La presión social sobre los cristianos cada día se hace más fuerte y llamarse cristianos para unos se ha convertido en vergüenza. La gente no quiere creer simplemente por lo que dirán.
El rechazo a Dios ha llevado al hombre a adoptar un comportamiento vergonzoso que se sale de la voluntad de Dios. Si bien es cierto, todos pecamos, pero el diablo y sus ángeles se han encargado de hacer que el hombre se sumerja cada vez más en el mundo y el pecado.
Hay situaciones que se han salido de control. Diariamente en las noticias podemos ver cómo el ser humano se encuentra cada vez más lejos de conocer a Dios y mientras eso pasa más cerca vemos los creyentes su venida.
Pero hay algo maravilloso en eso. Una de las excusas que los impíos usan para negar la existencia de Dios es que si Él de verdad existiera no permitiría que tales cosas pasaran, cuando nosotros sabemos que aún en medio de todo lo que el hombre ha causado, Dios sigue teniendo el control sobre todo el mundo y todas las cosas.
Nosotros no hemos creído en un dios pequeñito. Hemos creído en Aquel que con una simple palabra puede hacer retumbar la tierra. El salmista lo expresó así:
Salmos 29:3-9
[3]La voz del Señor resuena sobre la superficie del mar;
el Dios de gloria truena;
el Señor truena sobre el poderoso mar.
[4]La voz del Señor es potente;
la voz del Señor es majestuosa.
[5]La voz del Señor parte los enormes cedros;
el Señor hace pedazos los cedros del Líbano.
[6]Hace brincar como terneras a las montañas del Líbano;
hace saltar el monte Hermón como a un buey joven y salvaje.
[7]La voz del Señor resuena
con relámpagos.
[8]La voz del Señor hace temblar al lugar desolado;
el Señor sacude el desierto de Cades.
[9]La voz del Señor retuerce los fuertes robles
y desnuda los bosques.
En su templo todos gritan: «¡Gloria!».
Sabe? Aún cuando el mundo se nos venga encima, Dios nos ha dado una promesa preciosa. Dice la palabra de Dios en el versículo 11 del mismo Salmo, que:
El Señor le da fuerza a su pueblo;
el Señor lo bendice con paz.
Aún cuando los mares se levanten y la tierra se estremezca, nosotros confiaremos en Dios. Aunque todos se vengan contra su pueblo, Él nos ha prometido renovar nuestras fuerzas y llenarnos de paz, entonces, ¿Por qué hemos de temer?
Nuestro Dios gobierna como rey para siempre
Bendiciones para todos
Alexandra Villamarin – Ministerio Juvenil Agua de Vida