Esperé yo a Jehová, esperó mi alma; En su palabra he esperado. Mi alma espera a Jehová Más que los centinelas a la mañana, Más que los vigilantes a la mañana.
Salmos 130:5-6 RVR1960
Buenos días
Hay momentos en los que la impaciencia nos gana la batalla y tratamos de ayudarle a Dios con el cumplimiento de sus promesas buscando otras maneras de obtener lo que necesitamos o incluso a veces nuestra oración se convierte en una sesión para darle consejos a Dios de como tiene que hacer las cosas, sin embargo Dios no necesita de ayudas externas para cumplir lo que promete y tampoco de nuestros consejos, El sabe perfectamente lo que va a hacer y también sabe como y cuando.
Mientras esperamos en Él nuestra oración no puede perder su enfoque que es Él de conversar y pasar un tiempo en su presencia, dice el versículo anterior que nuestra alma debe anhelar a Jehová más de lo que los centinelas anhelan el amanecer, el pasar tiempo en la presencia de Dios lo debe ser todo para nosotros, no anhelemos una respuesta de su parte, no anhelemos determinada bendición o que una puerta se abra para nosotros, anhelemos la fuente de todo eso y mucho más, anhelemos la esencia de Dios lo que Él es más que lo hace. Por larga que pueda parecer la espera no dejemos que nuestro enfoque se pierda, que nuestro corazón no se desvíe, pues muchos se han dejado llevar a tal punto que incluso se van a buscar lo que necesitan en otra parte.
Tu petición no se compara, con la enorme necesidad de Dios que tenemos cada uno de nosotros, dejemos que Él supla esto primero, nos enseñe y una vez estemos listos podamos recibir aquello, que nuestra alma espere únicamente en Dios y anhele sobre todas las cosas su hermosa presencia.
Juan David Jara Rosas – Ministerio Juvenil Agua de Vida