Porque como la lluvia y la nieve descienden del cielo y no vuelven allá sino después de haber saciado la tierra y de haberla hecho germinar, producir y dar semilla al que siembra y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca: No volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para lo cual la envié. Ciertamente, con alegría saldréis y en paz os iréis. Los montes y las colinas irrumpirán en cánticos delante de vosotros, y todos los árboles del campo aplaudirán.
Isaías:55:10-12
Las promesas de Dios siempre se cumplen en nuestras vidas, no en nuestro tiempo si no en el suyo, el amor y la misericordia de Dios son tan grandes que él aunque nosotros le fallamos siempre está ahí esperandonos con brazos abiertos para perdonarnos y llevarnos de su mano.
Sin embargo también hay momentos donde las promesas de Dios no llegan porque nosotros no lo permitimos, nos alejamos o simplemente dejamos de creer en él y creemos más en el mundo.
Aunque pensemos que las fuerzas no nos dan, o qué no podremos esperar más Dios nos dará la paz y la sabiduría para caminar mientras sus promesas son cumplidas en nuestra vida, la obra de Dios aunque parezca incomprensible siempre será maravillosa y perfecta.
Feliz día
Leidy Moreno – Ministerio Juvenil Agua de Vida