Buenos días
Así que, ni el que planta es algo, ni el que riega; sino Dios, quien da el crecimiento. El que planta y el que riega son una misma cosa, pero cada uno recibirá su recompensa conforme a su propia labor. Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois huerto de Dios, edificio de Dios.
1 Corintios:3:7-9
Si bien es cierto que nosotros debemos trabajar en la obra de nuestro Padre Celestial también es cierto que no debemos gloriarnos en las acciones que realizamos, nosotros somos obreros y el arquitecto siempre es, ha sido y será Jesucristo.
Cada cosa que nosotros logramos es por que Dios está ahí en nuestra vida y en nuestro corazón, somos obra de Jesús por lo tanto debemos cuidar nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro corazón. Así seremos mucho más útiles para EL.
Leidy Moreno -Ministerio Juvenil Agua de Vida