ISAÍAS 49:8-26
49:8 Así dijo Jehová: En tiempo aceptable te oí, y en el día de salvación te ayudé; y te guardaré, y te daré por pacto al pueblo, para que restaures la tierra, para que heredes asoladas heredades;
49:9 para que digas a los presos: Salid; y a los que están en tinieblas: Mostraos. En los caminos serán apacentados, y en todas las alturas tendrán sus pastos.
49:10 No tendrán hambre ni sed, ni el calor ni el sol los afligirá; porque el que tiene de ellos misericordia los guiará, y los conducirá a manantiales de aguas.
49:11 Y convertiré en camino todos mis montes, y mis calzadas serán levantadas.
49:12 He aquí éstos vendrán de lejos; y he aquí éstos del norte y del occidente, y éstos de la tierra de Sinim.
49:13 Cantad alabanzas, oh cielos, y alégrate, tierra; y prorrumpid en alabanzas, oh montes; porque Jehová ha consolado a su pueblo, y de sus pobres tendrá misericordia.
49:14 Pero Sion dijo: Me dejó Jehová, y el Señor se olvidó de mí.
49:15 ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti.
49:16 He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros.
49:17 Tus edificadores vendrán aprisa; tus destruidores y tus asoladores saldrán de ti.
49:18 Alza tus ojos alrededor, y mira: todos éstos se han reunido, han venido a ti. Vivo yo, dice Jehová, que de todos, como de vestidura de honra, serás vestida; y de ellos serás ceñida como novia.
49:19 Porque tu tierra devastada, arruinada y desierta, ahora será estrecha por la multitud de los moradores, y tus destruidores serán apartados lejos.
49:20 Aun los hijos de tu orfandad dirán a tus oídos: Estrecho es para mí este lugar; apártate, para que yo more.
49:21 Y dirás en tu corazón: ¿Quién me engendró éstos? Porque yo había sido privada de hijos y estaba sola, peregrina y desterrada; ¿quién, pues, crió éstos? He aquí yo había sido dejada sola; ¿dónde estaban éstos?
49:22 Así dijo Jehová el Señor: He aquí, yo tenderé mi mano a las naciones, y a los pueblos levantaré mi bandera; y traerán en brazos a tus hijos, y tus hijas serán traídas en hombros.
49:23 Reyes serán tus ayos, y sus reinas tus nodrizas; con el rostro inclinado a tierra te adorarán, y lamerán el polvo de tus pies; y conocerás que yo soy Jehová, que no se avergonzarán los que esperan en mí.
49:24 ¿Será quitado el botín al valiente? ¿Será rescatado el cautivo de un tirano?
49:25 Pero así dice Jehová: Ciertamente el cautivo será rescatado del valiente, y el botín será arrebatado al tirano; y tu pleito yo lo defenderé, y yo salvaré a tus hijos.
49:26 Y a los que te despojaron haré comer sus propias carnes, y con su sangre serán embriagados como con vino; y conocerá todo hombre que yo Jehová soy Salvador tuyo y Redentor tuyo, el Fuerte de Jacob.
Existen situaciones en las cuales parece que todo pierde su sentido, el problema es tan grande que sentimos que no hay una solución posible, no sentimos tranquilidad, incluso empezamos a dudar de Dios porque no vemos una pronta respuesta a estos problemas, nos cuesta esperar por la presión, nos sentimos abandonados por todos incluso por Dios. Pero en este pasaje “Te oí, y en el día de salvación te ayudé; y te guardaré” Tal vez en el día de hoy tu necesites estas palabras; aunque tu tierra este devastad, arruinada y desierta el Señor la restaurara, restaurara tu vida, el extenderá su mano. En los versículos 15-16 tenemos una gran promesa, aunque todo el mundo se olvide de ti, incluso tu madre, el Señor nos asegura que él no lo hará, en sus manos estamos esculpidos y nuestros muros están delante de él. Él no nos abandonara, mucho menos nos dejara en los tiempos de angustia, nos vestirá de honra delante de nuestros angustiadores, aunque no podamos sentirlo o escucharlo no debemos dudar de su compañía, su diestra va estar sostenido nuestras mano. El ver 23 nos dice “no se avergonzarán los que esperan en mi”, El Señor no nos permitirá quedar en vergüenza, a través de nuestros problemas el demostrara que es Dios todopoderoso que libra a su pueblo de la aflicción. No hay problema grande para Dios, no podemos caer en el error de ver a nuestros problemas más grandes que a él, aunque no podamos sentirlo, no podamos ver su mano debemos confiar en que el actuara y más importante aún esperar en el tiempo suyo no en el de nosotros. No tendrás hambre ni sed, ni el calor del sol te afligirá, porque el que tiene misericordia de ti, te conducirá a manantiales de agua. Dios siempre te acompañara, te guiara, consolara y sustentara.
Camila Villamarin – Ministerio Juvenil Agua De Vida