Lastimosamente la sociedad en la que vivimos ahora se ha encargado de vendernos la idea de que “la satisfacción es tener todo lo que queremos”, pero si meditamos en esta frase, imaginando que fuera eso cierto, sería imposible para nosotros estar satisfechos con algo. A veces pensamos estar “casi satisfechos” con lo que tenemos, pues decimos estar agradecidos con eso pero deseamos aún más, no con humildad, sino con avaricia o envidia.

Ignorando las razones de nuestros deseos, hay que entender que el término “casi satisfechos” no existe. O estamos satisfechos o no lo estamos.

El mundo actual se encarga de alimentar nuestro deseo de tener más y más y en ese proceso de satisfacción propia nos damos cuenta de que nada en el mundo, por más que tengamos, va a poder llenar ese vacío, ese deseo de ser lleno. Pero para Dios no hay sentimiento en nosotros que no conozca y por esto nos ha dejado escrito lo que necesitamos verdaderamente:

Hebreos 13:5 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré.

El contentamiento del que Dios nos habla, no es el de conseguir todo lo que está de moda, lo que todos tienen o por lo que podemos ser juzgados si no tenemos, sino estar agradecidos con lo que Él nos ha entregado.

Lo único que puede llenar un corazón insaciable es la presencia del Dios de la vida. Él es único que entiende cada una de nuestras necesidades y saciará como verdaderamente sea necesario pues a veces deseamos cosas innecesarias. Sólo Él puede brindarnos la paz y llenura que jamás encontraremos en las cosas materiales. Con Cristo nunca estarás “casi satisfecho”, pues solo en El podemos encontrar la verdadera satisfacción.
Dios lo bendiga
Feliz día para todos

Alexandra Villamarin – Ministerio Juvenil Agua de Vida