Juan 8:35-36
«El esclavo no queda en la casa para siempre, el hijo si queda para siempre. Así que si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres».
Podemos lograr una verdadera libertad solamente en el Hijo de Dios quien esta dispuesto a librarnos. Jesús solo espera que nos dispongamos para actuar en nosotros, romper el peso del pasado y quitar toda carga que nos aflige. Por ello es importante clamar y participar en los ayunos para experimentar aquella paz que Jesucristo nos brinda.
Bendiciones
Andrea Sánchez – Red de Mujeres