Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.” Filipenses 4:7
Permite en este día que Dios te regale uno de sus más preciados tesoros, la paz.
Paz no es la ausencia de problemas, no es estar sin desafíos o simplemente no tener obligaciones. La paz de Dios es ese descanso que el Señor entrega en medio de una gran prueba, de una fuerte presión, de una gran exigencia.
Cuando dejas que Dios te llene con su paz, tus pensamientos y tu corazón se mantienen en orden. No decidirás hacer locuras, ni tomar decisiones apresuradas que solo te traerán mayores problemas.
A pesar de las circunstancias di hoy “Señor dame tu paz”, quiero vivir en ti y descansar en el hecho que me amas y todo me está ayudando para bien.
Te recuerdo que cuando Pablo, inspirado por el Espíritu Santo escribió este pasaje se encontraba en una cárcel, esperando un fallo sobre su vida. No obstante no le dio pie a la autocompasión, a la ira ni a la desesperación. ¡Eso es experimentar la paz de Dios!
Un abrazo
Alejandro Vargas – Ministerio Agua de Vida