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Gozo, Paz y Esperanza

 

“Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo”  Romanos 15:13

 

 

Gozo y pazEl gozo y la paz que vienen de Dios no dependen de las circunstancias,  el gozo que ofrece el mundo es liviano y pasajero y la paz del mundo prácticamente es inexistente.

 

Dios derrama su gozo cuando confiamos y caminamos en medio de circunstancias dolorosas y enfrentamos lo que nunca creímos que nos tocaría enfrentar;  Dios nos da su paz  en medio  de olas de intensos problemas y situaciones amenazantes.

La esperanza mantiene viva la fe aun en medio de años de silencio y aparente indiferencia por parte de  Dios.

La necesidad de perseverar

 

Hace algunos días mientras estaba en casa, el Espíritu Santo me llevaba a reflexionar acerca de la imperiosa necesidad de perseverar en medio de las frustraciones y circunstancias adversas y de reconocer la poderosa mano de Dios en cada una de las situaciones que atravesamos.

Este artículo tiene como objetivo alentar a todos aquellos que debido a las perdidas, las contradicciones, los fracasos, la soledad, los prolongados tiempos de espera o el aparente silencio de Dios, hoy se cuestionan si vale la pena continuar, si vale la pena seguirse esforzando, si tiene algún sentido continuar en este camino.

 

Reflexiones acerca de la muerte la vida y la esperanza

 

“Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder” 1ª Corintios 15:43

 

Cómo es habitual en esta fecha, reflexiono y escribo acerca de brevedad de la vida, del aguijón de la muerte,  de los túneles de nuestra existencia y de un Dios de esperanza.

Hace 4 años mi sobrino menor, en una situación inesperada, partió con el Señor, fue un golpe muy fuerte para nuestra familia y que marcó el arranque de una serie de dificultades en mi vida personal  que me llevaron a conocer   a mayor profundidad el silencio de Dios,   a encontrar  fortaleza  y a cavar  profundo  en mis convicciones para poder resistir  en medio de meses y quizás años  de soledad y confusión. Entre tantas cosas,  aprendí que debemos pararnos firmes antes la vida, no dejarnos deslizar,  creer  y perseverar aun en medio del dolor, de las críticas  y del propio cansancio y hastío.