Las caídas nunca se producen de repente
“Que nadie, al ser tentado, diga: «Es Dios quien me tienta». Porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni tampoco tienta él a nadie. 14 Todo lo contrario, cada uno es tentado cuando sus propios malos deseos lo arrastran y seducen. 15 Luego, cuando el deseo ha concebido, engendra el pecado; y el pecado, una vez que ha sido consumado, da a luz la muerte.” Santiago 1:13-15
La caída en la vida cristiana, es el resultado de un proceso de erosión.
Vamos dando pequeñas y pequeñas concesiones hasta que finalmente estas nos llevan a la destrucción.
La gente generalmente no se levanta, se mira al espejo y dice "bueno hoy voy a acabar con mi matrimonio, voy a acabar con mi relación con Dios, voy a abandonar el ministerio".