“Cuando hagas un voto a Dios, no tardes en cumplirlo, porque a Dios no le agradan los necios. Cumple tus votos:Vale más no hacer votos que hacerlos y no cumplirlos” Eclesiastés 5:4-5Con cuanta ligereza prometemos cosas, con cuanta facilidad comprometemos nuestra palabra. Uno de los grandes problemas de hacer negocios y acuerdos en la actualidad es que se requieren muchos documentos escritos y firmados, pólizas de seriedad, cumplimiento, etc. ¿Cuál es el origen de esto? Sencillo, la palabra empeñada ya no vale; parece que a nadie le interesa cumplir lo prometido.
¿Se ha preguntado por que no avanza? ¿Por qué las puertas se cierran? ¿Por qué no es posible salir de las dificultades? No hay una razón única, pero hoy le pido que reflexione acerca de los votos y promesas no cumplidas. Si algo le prometió a Dios, cúmplalo; si no lo hace eso traerá problemas y repercusiones a veces a lo largo de años sobre su vida. Muchas veces reclamamos a Dios sus promesas, pero seguramente también el puede sacar una lista con las nuestras que no han sido o no fueron cumplidas.
Hoy es un buen día para comenzar a hacer lo que prometimos.
Bendiciones
Alejandro Vargas