Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí.
Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré” Génesis 22:1-2
Es imposible pretender crecer espiritualmente, recibir bendición, ministerio y la aprobación de Dios sin estar dispuestos a ir al lugar del holocausto.
Probablemente hoy existan conflictos en nuestras mentes y nuestros corazones tales como :
- ¿Señor por qué hasta ahora?,
- ¿Señor por qué no después?,
- ¡Señor pero si Tú lo prometiste!,
- ! Señor es injusto!,
- ¿Señor por qué no me respondes?
- ¿Por qué?
Dios ha prometido dirigir cada momento de nuestras vidas y que a pesar de las luchas, todo nos ayuda y ayudará a bien.
El Monte de Moriah simboliza el lugar donde nos entregamos y ofrendamos lo más preciado que tenemos sólo para Él.
Pensemos por un momento en Abraham, era un hombre que pasaba de los 100 años y había esperado 25 años por la promesa. Sara y su esposo eran dos ancianos que muy seguramente amaban y consentían bastante a su unigénito.
Si hay algo en su vida que quiere ocupar el lugar de Dios, allí El tratará, Él conoce nuestro corazón, es imposible decirle mentiras, las circunstancias desnudaran nuestro verdadero carácter.
Termino citando al predicador norteamericano Phillip Brooks “! Oh no oren por vidas fáciles; oren por ser personas más fuertes! No oren por tareas iguales a su poder oren por poder igual a sus tareas. Entonces el desempeño de su trabajo no será un milagro sino que ustedes serán el milagro”
Bendiciones
Alejandro Vargas
Agua de Vida