“Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pueden pedir lo que quieran, ¡y les será concedido!” Juan 15;7 NTV
Permanecer en el Señor es que nada ni nadie nos llene más que Él, es saber que no podemos confiar en nosotros mismos, en nuestra dedicación, disciplina o espiritualidad. Permanecer en Él es saber que nos mantenemos a su lado porque él nos sostiene.
Que las palabras de Cristo permanezcan en mi significa que mi mente y mi corazón meditan en sus mandamientos, que esa palabra continuamente llega a mi mente y a mis acciones y me impide así sea momentáneamente olvidarme del Señor.
Cuando esas dos condiciones se dan, podemos pedir, pedir con fuerza, pedir con deseo, pedir con decisión porque lo que pedimos esta alineado a la voluntad del Padre ya que estamos en Él.
Mi invitación es a que permanezcamos en Él, reposemos en Él, que sus palabras nos inunden y podamos ver su respuesta y su mano moviéndose a nuestro favor.
Bendiciones
Alejandro Vargas