Sin lugar dudas esta es la generación con el ritmo de vida más acelerado que ha vivido en la tierra. Los apretados horarios, las distancias y la gran cantidad de información que recibimos y debemos analizar han generado que busquemos medios y procesos cada vez más rápidos para poder cumplir con las exigencias de la vida moderna.
En medio de este entorno somos tentados a pensar y actuar como si Dios estuviera sumergido en nuestro mismo frenesí, generando ministerios a gran velocidad y produciendo discípulos maduros de forma similar a una línea de producción de una fábrica de clase mundial.
Este artículo presenta algunas reflexiones concernientes al desarrollo ministerial tocando aspectos como: el llamado, la fidelidad, el carácter, el precio del liderazgo y las formas como Dios trabaja de forma paciente y segura para formar la imagen de su hijo en usted.
El llamado, requisito fundamental
“Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados” Efesios 4:1.
La palabra llamado aparece en la escritura en el término kaleo, que significa convocar, invitar.
Dios tiene un propósito con cada persona por lo tanto todo discípulo verdadero de Jesucristo tiene un llamamiento.
Su vida es un proyecto único y vital en el plan de Dios para su generación, las necesidades son cada vez más apremiantes y los obreros escasean, hoy más que nunca se requieren personas que alumbren y sean la sal que evita la descomposición de un mundo enfermo y decadente.
¿Conoce usted cuál es su llamado? ¿Sabe usted cuál es su propósito en la tierra?
Fidelidad
“El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto. Si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿Quién os confiará lo verdadero? Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿Quién os dará lo que es vuestro?” Lucas 16:10-12
La fidelidad es más importante que el talento, la fidelidad es más importante que los títulos eclesiales y aún que los dones espirituales. Centenares de personas prometedoras en el servicio a Dios hoy son excombatientes, ¿Cuál fue el inconveniente? ¿Acaso les falto doctrina?, ¿Les falto unción?, ¿Les falto formación teológica? Me atrevo a decir que lo que falto fue fidelidad.
Dios prueba nuestra fidelidad para determinar si somos aptos para servir a otros. ¿Está usted pasando por una época de sequedal? ¿Considera que nadie toma en cuenta su servicio y que aún si usted no estuviera todo seguiría igual? ¿Considera que Dios bendice y usa más a otros que usted? ¿Ha estado meses o años a la sombra sirviendo en un lugar difícil o donde no ve aparentes resultados? ¡ Animo ¡ Dios está probando la sinceridad de su compromiso pero a su tiempo verá su carácter formando en usted y los frutos de su obra a través de su vida.
Carácter
Diversas estadísticas afirman que un altísimo porcentaje de los líderes que no pudieron cumplir en forma eficaz su llamamiento tuvieron como tropiezo principal, deficiencias de carácter.
El pastor Tim Lahaye en su libro “Manual del Temperamento, Descubra su potencial” afirma que el carácter de una persona es la conjugación de una serie de elementos como lo son: su temperamento natural, instrucción, educación, creencias, principios, motivaciones recibidas en la infancia y más importante aún el grado de transformación que ha permitido a Dios dar a su vida.
El carácter del obrero de Dios, debe ser fiel reflejo de Jesús. Debemos recordar que la madurez espiritual no se mide por años cronológicos, ni por dones, ni siquiera por el aparente éxito ministerial, se mide por el fruto del Espíritu Santo que se manifiesta en nuestras vidas. “Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?” Mt 7:16
Las batallas del ministerio
“Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos”
La vida cristiana es comparada con una batalla, más aún cuando se trata de personas que están en posiciones de liderazgo y ministerio.
Si Dios le ha llamado a servir usted tendrá batallas, el enemigo hará hasta lo imposible para impedir que usted desarrolle el ministerio al cual Dios lo llamó. Si usted está realmente comprometido con Dios en llevar a cabo la tarea que le ha sido asignada usted experimentará batallas en la relación con su familia, con miembros de la iglesia, aún conflictos consigo mismo.
No desmaye, no se desanime, pelee la buena batalla el fragor del conflicto expondrá las mejores semillas que Dios ha sembrado en usted
La crítica
“Y los escribas y los fariseos, viéndole comer con los publicanos y con los pecadores, dijeron a los discípulos: ¿Qué es esto, que él come y bebe con los publicanos y pecadores?” Marcos 2:16
Entre más prominente ó visible sea su servicio, a mayor influencia de su ministerio usted vivirá mucho más expuesto a las críticas y señalamientos de otras personas.
Alguien expresó en forma coloquial “El árbol que da fruto es el que recibe piedra” esto se cumple a cabalidad en el servicio a Dios. Es necesario tener un corazón perdonador y madurez para soportar las críticas y señalamientos que otros hacen de nosotros o la labor que desarrollamos.
Es necesario poner nuestras fuerzas en el Señor y examinar continuamente nuestro corazón evitando caer en la trampa de servir a Dios por motivos diferentes a darle gloria y extender su reino.
Sea que usted haga o deje de hacer siempre habrá personas que encuentren algo por lo cual señalarle, que esto no sea un motivo para que usted deje de alumbrar para la gloria de Dios.
La soledad
“Procura venir pronto a verme, porque Demas me ha desamparado, amando este mundo, y se ha ido a Tesalónica. Crescente fue a Galacia, y Tito a Dalmacia. Sólo Lucas está conmigo. Toma a Marcos y tráele contigo, porque me es útil para el ministerio” 2 Timoteo 4:9-11
Frecuentemente encuentro que el ministerio trae mucha soledad, las personas no siempre entenderán nuestras razones ni los motivos de nuestro corazón. Usted quizás estará pendiente de las necesidades de las personas, pero muy pocos, quizás nadie asumirá que usted también tiene necesidades y por lo tanto que requiere de apoyo y aliento.
Es en medio de esas circunstancias que usted debe fortalecerse en el Señor, use esa soledad como una oportunidad única para encontrarse con el precioso Espíritu Santo, Él le fortalecerá, le llenará el corazón de humildad, gozo y gratitud aún en medio de circunstancias adversas o tristes.
Termino este escrito recordándole que usted y yo servimos a un Dios eternamente fiel, digno de confianza y único. !Siga alumbrando!, !siga sembrando!, !siga creciendo!, !siga dando a Dios lo primero y lo mejor Él sabrá recompensarle en esta vida y en la venidera!
“He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra” Apocalipsis 22:12
José Alejandro Vargas
Director General
Ministerio Agua de Vida
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