Marcos 14:3-9
Imaginemos la siguiente escena: Estamos en la casa de un tal Simón a quien Marcos califica como “el leproso”, muy seguramente uno de los que Jesús había sanado y el que había invitado al maestro y a sus discípulos a cenar, pero mientras estaban sentados se acercó una mujer con un frasco de perfume de nardo muy valioso, lo rompió y lo derramó sobre la cabeza de Jesús. Ni los discípulos entendieron lo que esta mujer hizo y algunos hasta protestaron pero Jesús justificó este acto.
Quiero compartir con cada uno de ustedes una de las armas más poderosas que Dios nos ha dado; la adoración vamos a ver tres formas diferentes como la podemos utilizar:
1-La adoración arma de reconocimiento:
Adorar: Es el reconocimiento de Dios, de su grandeza, su señorío, de su poder, es sometimiento y admiración por cada una de las personas de la Trinidad, al leer el pasaje veo en esa mujer un acto enorme de adoración a Jesús, muchas veces podemos adorar con palabras, con silencio, con lágrimas o con sonrisas, con acciones o con quietud. Cuando en nuestra cotidianidad mantenemos una vida de adoración no se hará difícil adorar lo importante es hacerlo, a Dios le agrada que lo adoremos. Juan 4:23-24
“Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos
Adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad;
Porqué también el Padre tales adoradores busca que le
Adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en
espíritu y en verdad es necesario que adoren.”
2-La adoración como arma de consagración y fortaleza:
Cuando Jesús fue al desierto el mantenía una actitud de adoración, pero satanás se apareció para tentarlo. Cuando nosotros vivimos una vida de adoración así el diablo nos tiente huirá de nosotros porque Dios nos da fortaleza para no ceder a este Lucas 4:6-8
“Y le dijo: A ti te daré esta potestad, y la gloria de ellos;
Porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy.
Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos. Respondiendo
Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito esta:
Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás.”
3- La adoración como arma de guerra:
Cuando Moisés cruzo el mar rojo compuso un cántico donde muestra la grandeza de Dios Éxodo 15: 1-7 este capitulo nos muestra como la adoración, permite que el enemigo retroceda y huya ante su ataque el verso 7 afirma:
“Y con la grandeza de tu poder has derribado a los que se levantaron contra ti. Enviaste tu ira; los consumió como hojarasca"
Mi invitación es a que cada uno de nosotros aprendamos a tener una vida de adoración, que aprendamos a amar su presencia, a tener comunión continua con él, en medio de la adoración aprendemos a valorar todo lo que Dios ha hecho por nosotros y también mientras adoramos el se encarga de lo que nos falta a cada uno y lo suple.
Fabiola Vargas
Ministerio Agua de Vida